viernes, 23 de mayo de 2014

El teatro



Para Renoult, el juego dramático es la herramienta fundamental para el teatro en la escuela. Éste es más fácil de introducir en edad preescolar, pues ellos mismos disponen de sus conocimientos previos para representar la vida como la ven. Ellos son mejores para improvisar y si los dejas a modo de juego sin encerrarlos en mencionar teatro u obra de teatro, pueden desarrollar capacidades y habilidades que enriquezcan su formación.  



Mi experiencia al trabajar la dramatización con niños preescolares ha sido un reto para mi, pues es complicado ir hilando las situaciones hasta llegar a un desenvolvimiento del grupo y lograr que se desinhiban, sin embargo, trabajarla es muy divertido, resulta entretenido e interesante para ellos y lo mejor es que puedes lograr que aquellos niños que no son tan participativos logren desempeñarse mejor y desarrollen sus 
capacidades comunicativas, sociales y expresivas. 


Por ejemplo, en la clase de Educación Artística la maestra inició este proceso de lograr que actuáramos con unos juegos de mímica, donde a través de gestos debíamos hacerle saber a las compañeras el objeto, la película, el lugar, la persona o el oficio que nos había salido en la tarjeta. Éste juego nos hizo perder un poco la pena y nos hizo pensar en diversos movimientos para lograr que adivinaran. 

Luego se nos pidió que eligiéramos un personaje que nos represente o que nos llame la atención por algo en particular y nos caracterizamos de él, fue muy difícil para mi escoger ese personaje, pues no es lo mismo que te den libertad a elegir un personaje por gusto a que te den una consigna mas clara  y precisa de elegir vestimenta y accesorios que lo distingan y representen con claridad, más aún si sabía que tendríamos que actuar como él. 

Mi elección fue vestirme de hippie, pues siempre me ha gustado la época de los 60's, la música, la ropa, los colores y la ideología dominante y libre han sido fuente de admiración por mucho tiempo, además es un forma de conectarme con mis padres pues fueron sus "años dorados" y de ahí provino la influencia. 

El día que iniciamos la actividad la maestra nos indicó que primero debíamos interactuar con los demás personajes que eligieron las otras compañeras y que nos imagináramos que siendo esos personajes éstos se encontraran. Al principio fue muy difícil y algo extraño generar un tema de conversación ya personificando nuestro personaje, pero poco a poco fueron fluyendo las cosas. A mi me tocó trabajar con Mickey Mouse, Yoda de la guerra de las galaxias, Jasmín la princesa de Disney, Mary Poppins, y Frida Kalo. 

Todo mejoró un poco más cuando se nos dio la indicación de personificarnos y seguir interactuando, creo que ahí fué cuando realmente comprendí el valor de un disfraz, pues permite que realmente nos sintamos como ese personaje que representamos y cómo éste nos puede transformar. 

En la clase siguiente seguimos trabajando con los personajes y ahora se nos dijo que ideáramos una pequeña puesta en escena, a nosotras como adultas este proceso hizo la tarea más sencilla que la anterior, pues nuestras mentes ya están muy esquematizadas y es difícil lograr que improvisemos, y así al tener algo más estructurado pudimos llevarla a cabo con éxito y más tranquilas de saber que nos correspondía hacer o decir. 

Todo este proceso que viví me hizo aprender varias cosas (a parte los consejos y tips que nos daba la maestra):

  • Usar el juego dramático como introducción a desarrollar habilidades expresivas teatrales. 
  • Poco a poco introducir elementos propios del teatro sin que necesariamente se nombre como tal. 
  • Entrar de primero con actividades teatrales propias de una puesta en escena puede provocar que el niño se cohíba, limite su participación e incluso de señales de miedo a lo desconocido, pues el algo que tal ves nunca ha tenido la oportunidad de presenciar y aunque así haya sido, no sabe como realizarlo como tal. 
  • El uso de vestuarios variados y principalmente dinámicos y audaces pueden provocar mayor oportunidad al niño de improvisar e imaginar distintos personajes e historias (no llevar vestuarios de personajes predeterminados: princesas, superhéroes, etc.)
  • Dar tiempo de exploración de las posibilidades del personaje. 
  • Enseñarle al niño a realizar expresiones corporales y pedir su participación para que creen  nuevas.




No hay comentarios.:

Publicar un comentario